EUROPA
PRESS
12 febrero
2020
Cuándo
debemos empezar a cuidarnos la piel
La piel es para toda la vida. Es la
principal barrera protectora que tiene el cuerpo frente a las infecciones. Pero
no sólo eso. También ésta tiene memoria y lo que hagamos de pequeños
repercutirá en la piel de mayores.
Así pues conviene cuidar de la piel desde que nacemos, con
protección solar a partir de los 6 meses, para cualquier actividad que se
desarrolle al aire libre, según aconseja la Academia Española de Dermatología y
Venereología (AEDV).
En el caso concreto del cutis, la edad en la que hay que
empezar a usar tratamientos antiedad, o simplemente una hidratante, representa
una de las dudas más comunes, especialmente entre las mujeres.
Para ello, la ingeniera química por la Universidad
Politécnica de Cataluña y máster en Cosmetología y Dermofarmacia por la
Universidad de Barcelona Cristina Carvajal detalla en 'Inteligencia cosmética.
Guía de compra' (Arcopress) a qué está expuesta la
piel y qué cambios se producen en cada rango de edad, para conocer cuáles deben
ser nuestras rutinas:
·
A partir de los 12-15 años: La piel presenta un aumento en la
actividad de las glándulas sebáceas y sudoríparas, lo que lleva a un incremento
en la producción de sebo, hecho que a veces puede promover que aparezcan
comedones. Los cambios hormonales pueden llevar al archiconocido 'acné'.
Por eso aconseja limpiar la piel por las noches con agua y
jabón. Si la piel presenta acné lo recomendable, en su opinión, será acudir al
dermatólogo. Para combatir pequeñas imperfecciones se puede utilizar algún
producto específico de forma eventual para tratarlas. Siempre que la piel se
exponga al sol debe utilizarse protector solar, que se debe eliminar por la
noche con agua y jabón.
·
A partir de los 20 años: La piel se expone a las radiaciones
solares (protector solar) y a los radicales libres (antioxidantes) por lo que
es precisa una limpieza diaria, hidratación si la piel la requiere, y una
exfoliación puntual. "Se puede adaptar la rutina en función de las necesidades:
las pieles que se maquillan a menudo requerirán productos de limpieza más
potentes, y las pieles con tendencia a la deshidratación precisarán de
hidratantes más emolientes", aclara Carvajal.
Es más, sostiene que si la limpieza diaria nos deja la piel
cómoda no es necesario utilizar hidratante, aunque es recomendable a medida que
avanzamos en la década de los 20, utilizar algún producto que nos aporte
antioxidantes y lípidos epidérmicos para no caer en la deshidratación.
·
A partir de los 30 años: La piel sigue expuesta a radiaciones UV y
a radicales libres. La producción de colágeno y elastina disminuye, lo que
causa las primeras arrugas. Se pueden, por tanto, utilizar ingredientes que
estimulen la producción de colágeno, según sugiere esta especialista en
dermocosmética. A su vez, avisa de que en esta etapa la unión dermoepidérmica comienza a aplanarse, empeora la renovación
celular, lo que da un aspecto más mate a la piel (exfoliar para mejorar
textura).
·
A los 40 años en adelante: La piel cada vez es más fina, el
descenso de ceramidas es notable, y esto se traduce
en deshidratación y posible sensibilidad. Además, Carvajal sostiene que la
unión dermoepidérmica cada vez es peor, disminuye la
elasticidad, la piel está más apagada y aparecen manchas por la edad.
·
A partir de los 60: El pH de nuestra piel aumenta, favoreciendo la
descompensación de nuestra microbiota, y exponiéndola
a dermatitis y a otras afecciones.
Productos antiedad
e ingredientes que funcionan
En este contexto, Carvajal llama la atención sobre los
productos antiedad y su precio, ya que son "carísimos" a su juicio.
"Os preguntaréis si su precio está justificado. Os adelanto que en la
mayoría de ocasiones no lo está. Son más caros porque las pieles maduras suelen
ser más secas y por lo tanto requieren de productos más emolientes, que
contienen menos agua, y eso encarece el precio; o bien porque algunas contienen
péptidos y otros activos antiedad, que no son precisamente baratos",
agrega entre otras razones.
Así con todo, destaca que las pautas a seguir para envejecer
mejor son sencillas: limpieza, hidratación y protección solar. "En el paso
de hidratación es importante incluir antioxidantes, aceites ricos en linolénico
y linoleico y ceramidas", subraya.
Entre los antioxidantes estrella apunta a la vitamina C y a
sus derivados, con los que se consigue una piel más elástica, mejor tono, más
luminosa, aparte de mejorar el colágeno, lo que se transforma en mayor
elasticidad y previene de arrugas. Eso sí, es sólo apto para pieles resistentes.
Indica que las pieles más sensibles pueden probar otros derivados. La fórmula
más efectiva, en opinión de Carvajal, es el ascórbico liposomado
y/o en combinación con ferúlico o vitamina E. En
envases monodosis preferiblemente, y por la noche.
A su vez apunta a la Vitamina A o retinol, ya que ayuda a
disimular el aspecto de las arrugas en la piel, afina la piel, mejora el tono y
la textura, y estimula la producción de colágeno. Es para pieles resistentes.
La fórmula es una gran antioxidante así que mejor si está encapsulado o liposomado. Siempre utilizar de noche y con protección
solar a la mañana siguiente.
En cuanto a la 'niacinamida' se
obtienen gracias a ella, según describe la experta en cosmetología y
dermofarmacia, una piel más elástica, y con mejor textura. Reduce rojeces y
mejora el aspecto general de la piel. En algunos estudios señala que mencionan
una reducción de las arrugas. Es apta para todas las pieles y muy recomendable
en pieles con tendencia a rojeces. Funciona bien en sérum
o hidratante, y nunca en envase de tarro. Se puede usar mañana y/o noche.